Desde Kota Kinabalu, principal ciudad de Sabah, decidimos coger un autobús de unas casi 4 horas (175 Km) e ir a Kudat, en el extremo norte de la isla de Borneo.
Habíamos leído que pocos turistas llegaban ahí (aún no sabemos porqué) y que sus playas eran impresionantes, así que ¿por qué no hacer una visita de un par de días?
Como nos decidimos un poco en último momento, no habían muchos alojamientos disponibles pero tuvimos la suerte de encontrar un Lodge (Tampat Do Aman) por un precio medio razonable situado en plena naturaleza, a unos 2 Km de la playa, lejos de todo poblado.
NUESTRA LLEGADA
Todo pintaba de maravilla. Hasta el mismísimo momento de entrar al pueblo de Kudat con el autobús, cuando empezó a caer un diluvio universal que no pararía en los 3 días que estaríamos allí… Con lo que tendríamos que abortar nuestra idea de días de playa.
Nuestro plan era alquilar una moto para recorrer las playas cercanas al Lodge, que parecían ser las mejores playas de la zona norte del Borneo: Secret Beach, Bawang Jamal Beach, Kelambu Beach, Loro Beach…
No obstante, visto lo visto, nuestra visita por la zona de Kudat se redujo a descansar muchísimo, comer rico, pasear hasta el Tip de Borneo (la punta más norte de la isla) en un momento de tregua de la lluvia, mojarnos los pies en la orilla de la playa y, como no, usar mucho muchíiiisimo nuestro chubasquero y nuestro repelente de mosquitos.
NUESTRA ESTÚPIDA AVENTURA POR KUDAT
El último día, sin perder la esperanza, al ver que dejaba de llover durante tres horas seguidas, nos animamos y decidimos ir a una playa algo más alejada del Lodge, la famosa Secret Beach.
Andando eran unos cuantos Km, así que decidimos hacer autoestop para que nos acercaran lo máximo posible ya que no había tiempo que perder, en cualquier momento la tormenta podía arrancar de nuevo.
En Kudat el tema del autoestop es impresionante: todo el mundo para a recogerte, ¡incluso antes de levantar el dedo! Al primer coche que hicimos señas, paró y nos subió. Era una pareja joven de malayos que vivían en Kota Kinabalu y que justamente habían ido a Kudat a pasar el finde en la playa (¡pobres, vaya finde pasado por agua les tocó a ellos también!).
Como vimos que habíamos conseguido un coche en menos que canta un gallo, nos envalentonamos de más y pensamos: «¿y si vamos a la playa Loro que está bastante más lejos y nos olvidamos de Secret Beach?». Y así hicimos, les dijimos a la parejita de malayos que fueran tirando que ya les diríamos dónde bajarnos.
Y cuando ya llevábamos unos 5 Km en coche y justo a las puertas de una cuesta empinada infinita de camino de tierra, empieza de nuevo el diluvión. El coche se estanca en media rampa y no hay forma de avanzar, ni palante ni patrás…
Ya nos ves equipándonos con nuestro buen amigo el chubasquero (que obviamente llevábamos en la mochila conjuntamente con nuestras gafas de snorkel, muy irónico el tema) y bajando del coche nosotros 2 y la chica malaya para intentar sacar el coche de ahí.
Vaya tortura… Tuvimos que emplearnos a fondo y hacer varios intentos hasta que lo conseguimos. Vista la situación no sabíamos muy bien qué hacer: ¿nos dábamos media vuelta para el Lodge o llegábamos a la playa Loro que ya estaba tan sólo a unos 700 metros caminando?
Estando ya a tantos Km, empapados hasta las orejas y en contra de la voluntad de la parejita malaya que no querían dejarnos allí con la que estaba cayendo, pensamos que al menos merecía la pena llegar a la playa Loro para verla y poder juzgar si realmente era una playa bonita que tener en cuenta.
Zapatillas llenas de agua, chubasquero que ya empezaba a filtrar y una ventisca de tres pares de narices, pero llegamos a la playa tras caminar los 700 metros y sí, era una playa fantástica. ¡Qué rabia no poder ni meter un dedo del pie con ese mal tiempo!
Así que pasados 5 minutos volvimos por donde habíamos llegado. Otros 700 metros caminando bajo el diluvio hasta el desvío como dos idiotas extranjeros forrados de plástico de chubasquero.
Allí de nuevo en el desvío tuvimos la gran suerte de parar al primer coche que pasaba. Yo creo que en esas circunstancias, independientemente de lo amables que sean los locales, nadie se podía negar a subirnos al auto: dábamos mucha pena… Por suerte era una furgoneta con cajón abierto detrás donde, sin pensárnoslo mucho y sin entendernos ni papa con los conductores, nos subimos y… ¡dale Juan! que ya hemos tenido suficiente remojo por hoy.
Y ahí acabó nuestra aventura con la tormenta tropical del norte de la isla. Una pena no haber podido disfrutar de las playas, que realmente merecían la pena. Pero al menos nos sirvió para descansar y apreciar mucho los posteriores días nublados (¡pero no lluviosos!) de Sabah.
(¡Lo sentimos! De esta pequeña aventura no tenemos fotos. No nos vimos en condiciones de sacar la cámara…)
EL LODGE
El lodge en el que estuvimos alojados tiene simples cabañas para 2 personas por unos 30 euros la noche o bien chalets por un presupuesto que quisimos borrar de nuestra memoria visto que obviamente no lo podíamos pagar.
Está regentado por un hombre británico que al parecer ha hecho y está haciendo muchas cosas por la comunidad de la zona. Leímos muy buenas reviews de él antes de reservar, aunque la verdad a nosotros no nos pareció un host tan excepcional. Pero sin duda, es un buen lugar donde pasar unos días si lo que se busca es naturaleza y descanso.
Link a la web del Lodge
Otra alternativa económica es alojarse en Secret Place, donde por 5 euros te dejan acampar.