Durante nuestra estancia en la lluviosa zona de Kudat, un alemán que conocimos que estaba alojado en nuestro mismo lodge y que se había recorrido Malasia de cabo a rabo hacía algunos años, nos recomendó ir a la zona del río Kinabatang, el segundo río más largo de Malasia (560 Km).
Nos comentaba que los paseos en barco que se organizaban por el río Kinabatang eran una gran experiencia y una gran oportunidad para ver animales salvajes en libertad como aves, monos de varios tipos, cocodrilos e incluso elefantes pigmeo.
Nosotros habiendo estado en la espectacular selva y pampa de Bolivia no sabíamos muy bien qué esperar de Kinabatang, pero visto que una vez en Sandakan, Kinabatang quedaba bastante cerca (unas 2 horas en coche – 120 Km) y teníamos días, decidimos ir a probar.
ALOJARSE EN SUKAU O BILIT
Sukau y Bilit son los dos poblados situados a orillas del río Kinabatang que organizan paquetes de alojamiento+comida+paseos en barca de 2 y 3 días con guías de la zona para poder avistar animales.
Nuestra idea era reservar en un lodge bastante económico que encontramos en la Lonely Planet que estaba en Sukau, pero visto que la comunicación con ellos era un poco difícil y que no teníamos mucho tiempo para decidirnos, acabamos contratando el paquete que ofertaba nuestro hostel de Sandakan en un lodge de Bilit (Nature Lodge Kinabatang).
Como la diferencia de precio entre estar 2 días y 1 noche a estar 3 días y 2 noches (70 euros por persona) era tan sólo de unos 10 euros e íbamos a ir hasta allí, pensamos: «pues alé, 3 días, ¡que no se diga!». El paquete te incluía todas las comidas, el alojamiento de dos noches en un dorm de 6 personas, 4 paseos en barca (2 por la tarde y 2 al amanecer) y 2 mini caminatas nocturnas.
NUESTRA EXPERIENCIA EN EL RÍO
El primer día fue terrible…
El lodge tenía unas instalaciones muy nuevas y agradables, y la comida era muy buena pero al parecer en esos días tuvieron una mala planificación de reservas y número de guías y a nuestro grupo le tocó «una aprendiz de guía».
En general no tenemos nada en contra de los aprendices, pero en esta ocasión el caso era desesperante: la chica no abría la boca en las 2 horas de trayecto en barca. Un drama. Era imposible ver o enterarse de ningún posible animal que estuviera merodeando por allí.
Tras una charlita con el jefe y la fuga de mucha gente que se quedaba tan sólo 2 días, la cosa mejoró.
Nos tocó un guía como dios manda: un chico de la zona que llevaba toda la vida viviendo del río. Tuvimos la suerte de ver gran cantidad de monos (monos narigudos, monos de cola larga, silver monkeys y macacos), cocodrilos de todos los tamaños, cerdos salvajes, mamíferos como el «mouse deer» (una especie de conejo-ciervo pequeñísimo) y aves como el Kingfisher y el Hornbill. Por desgracia, aunque estuvimos cerca, muuuuy cerca del elefante pigmeo, no llegamos a verlo.
NUESTRO CONSEJO
No estuvo mal: vimos animales, no se nos enganchó ninguna sanguijuela en los paseos nocturnos, dormimos como reyes en el dorm con aire acondicionado y comimos bien rico. No obstante, viniendo de Bolivia donde la selva y la pampa habían sido una experiencia increible, esto se nos quedó algo corto… Además nos dio la sensación de que el tema empezaba a estar demasiado explotado. Había demasiado barquito en busca de animales salvajes por el río ya fuera por la mañana o por la tarde.
Más información sobre el lodge.