Personalmente no creo que me canse nunca de recorrer este tramo de costa por la carretera 1 de California. La recorro en esta ocasión por segunda vez y se ma hace igual o más interesante.
Nosotros alquilamos un coche cerca del Aeropuerto de San Francisco y nos pusimos en dirección Pacífica para llegar a la Ruta 1 que sigue toda la costa rodeado los acantilados y las playas.
Durante el recorrido hay muchos estacionamientos gratuitos cerca de playas o caminos. Nosotros nos fuimos deteniendo para ver algunas playas y comprar provisiones. A primera hora de la tarde llegamos a nuestro destino: Santa Cruz.
Esta ciudad, de tamaño razonable, tiene un poco de todo y la suficiente calma para disfrutar de sus calles, su paseo y sus playas. Nada más llegar hicimos parada técnica en la oficina de turismo donde un simpatiquísimo señor mayor nos puso al día de todo: Olvidaos de los campings porque están llenos (es puente). Hay conciertos gratis en la playa esta tarde y noche. Podéis estacionar sin pagar en la costanera un poco al sur del centro.
Así hicimos: estacionamos enfrente del mar y paseamos hacia el centro y la playa principal. El camino es amable durante el atardecer: acantilados y pequeñas calas donde algunos surfers esperaban las olas. Llegando a la zona centro se reconoce de lejos un pequeño parque de atracciones que parece de los años 60 con noria incluida. Justo enfrente, la playa y el concierto que ya había empezado de “Papa Doo” con versiones de rock.
Cientos de personas ocupaban la playa, tumbados en sus toallas y sillas plegables, cantando cada canción. Nosotros buscamos nuestro rincón y nos sumamos. Después del paseo necesitábamos un descanso.
Aprovechamos el intermedio para dirigirnos al centro y conocer un poco las calles comerciales donde se concentraban bares, restaurantes y tiendas. No pudimos resistirnos y nos decidimos por tomar algo en el “99 Bottles”. una auténtica meca cervecera con más de 100 cervezas en la carta.
Durante el recorrido preguntamos en algun hostel precios… Parece que alojarse es normalmente caro… y justo nosotros pillamos unos días de puente así que no estábamos dispuestos a pagar más de 100$ por dormir. Decidimos pasear de vuelta al coche y buscar un lugar tranquilo para dormir un poco el mismo coche. No fuimos los únicos. Multitud de furgonetas y autocaravanas pasaban la noche en las calles alejadas del centro. Nadie nos molestó.
A la mañana siguiente nos dirigiríamos a Yosemite, nuestra siguiente parada.