Después de 3 semanas en el Borneo malayo, ya tocaba saltar a la zona de la península, más famosa por sus bonitas ciudades y sus plantaciones de te. Decidimos empezar por George Town capital de Penang, una isla en el estrecho de Malaca, en el oeste de Malasia.
Después de haber estado en Kuching, no teníamos grandes expectativas sobre George Town pero la verdad es que la ciudad prometía más de lo que pensábamos…
George Town es una ciudad pequeña, totalmente caminable y con gente muy agradable. Pero sin duda, lo que más caracteriza a George Town es su centro histórico colonial declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el 2008, su tolerancia a cualquier tipo de religión y su desbordante arte callejero a través de murales cuanto menos peculiares.
Nosotros pasamos 3 días allí, lo suficiente como para verlo todo tranquilamente y sobrarte tiempo para perderte por las amables calles del centro.
LAS 8 COSAS QUE NO TE PUEDES PERDER DE GEORGE TOWN
1. Tener la oportunidad de visitar el templo chino más antiguo de la ciudad, la mezquita más imperiosa y un bello templo hindú recorriendo tan solo una calle.
Así es, George Town ha sido formada básicamente por inmigrantes de diversos países (especialmente de China y de India) y lo que podría parecer una ciudad potencial a conflictos entre religiones y tabús, no es más que una ciudad culturalmente rica con una gran tolerancia a cualquier persona de cualquier lugar y religión.
2. Pasar horas caminando entre arte callejero.
Los graffitis han dado a la ciudad un carácter propio y muy singular. Son realmente obras de arte: muy realistas y creativas en donde se mezcla el graffiti con algún elemento real externo como puede ser una bicicleta adosada en la pared, una ventana de la fachada o una silla.
Pero más allá de los graffitis, entre paseo y paseo, también te vas encontrando por las calles con figuras metálicas a modo «caricatura» que representan una escena y pretenden explicar alguna anécdota o curiosidad de la calle que estás caminando, el edificio que estás viendo o el barrio que estás visitando.
Hacer ruta por todos los graffitis y figuras metálicas del centro de la ciudad es muy fácil con un mapa gratuito que puedes conseguir en la oficina de turismo.
3. Ir al free tour organizado por la oficina de turismo.
Lo hacen tan sólo un par de días a la semana (nosotros lo pillamos el sábado) y cambian un poco la ruta en función del día y del tiempo (si hay monzones y esas cosas…) pero merece la pena. Ayuda mucho a tener el contexto histórico de la ciudad y a entender mejor la mezcla cultural que hay.
4. Ir a comer al barrio chino.
Sin duda, el barrio chino fue para nosotros de las zonas más prometedoras para encontrar comida rica y barata. Nos encantó el meternos en cualquier lugar (algunos hasta daban algo de miedito desde fuera) y poder comernos unos noodles riquísimos por 1€.
Sin duda, otra muy buena opción para degustar rica comida y barata es el Food Court frente al pueblo de pescadores del Clan de los Jetty.
Oímos también hablar muy bien del barrio indio para ir a comer. Estamos seguros de que hay sitios deliciosos pero tras nuestro paso por India, necesitábamos un descanso del «masala».
5. Dar una vuelta por el barrio Little India (¡que de «little» no tiene nada!).
El barrio indio ha ido creciendo y creciendo en los últimos años hasta formar un enredo de calles llenas de altavoces con alta música hindú y de vestidos Saris por todas las esquinas.
6. Visitar la mansión Penang Peranakan (también conocidos como los Babas y Nyonyas).
La entrada es un poco cara (20 Ringgit por persona) pero merece la pena. Se trata de una antigua mansión que fue propiedad de una malaya adinerada casada con un mafioso chino, hoy en día en manos de un empresario muy muy rico de Malasia.
El interior se conserva tal cual la época, un guía (incluido en el precio de la entrada) te va explicando los espacios y te va contextualizando; así como hay una parte de la casa transformada en museo.
7. Ir a cenar o tomar algo por la noche en Lebuh Chulia road.
A nosotros nos parecía incluso demasiado el movimiento que había por allí durante la noche, pero merece la pena una parada. Para nuestro gusto, mejor incluso visitar Love Lane (una calle perpendicular a Lebuh Chulia), algo más tranquila e igual de «molón».
8. Dar una vuelta por el viejo Cementerio Protestante de la ciudad (suena tétrico, pero en realidad tiene su encanto) y por los barrios pesqueros del Clan Jetty que construyeron sus casas sobre muelles de madera a pie de agua.
9. Si hace buen día… Puedes montarte una excursión de un día a Penang Hill. Nosotros no tuvimos la oportunidad por culpa de los monzones: vivimos la tormenta más fuerte que había tenido la ciudad en 25 años (según los locales), con árboles tumbados por todas las calles y goteras en la habitación.
Y si te sobra el dinerito, puedes ir a visitar la Torre Komtar: una especie de centro comercial mezclado con parque de atracciones donde puedes encontrar un balcón de cristal en el último piso para observar las increíbles vistas… Algo un tanto extraño pero sobre todo ¡caro!
CONSEJOS
– Aprovecha el autobús gratuito que da la vuelta por toda la ciudad para moverte y hacer turismo. Se llama CAT y puedes conseguir un mapa de la ruta y de las paradas en la oficina de turismo.
– Alojamiento: alojarse en Love lane para nosotros fue todo un acierto. Nosotros concretamente dormimos en un hostel llamado Red Inn Heritage Guest House, con buena relación calidad-precio.